domingo, 15 de enero de 2017

Decidle a Juan que los ciegos ven y los cojos andan...

Decidle que siempre hay gente despierta que sueña y trabaja por un mundo mejor.
Decidle que la utopía no se apagó en la tierra y da luz a millones de proyectos y miradas.
Decidle que los viejos sonríen al saber, por fin, que todo lo grande y bello fue un regalo.
Decidle a Juan que las madres alumbran hijos y los llenan de cuidados, hasta el día que se van.
Decidle que no faltan los que hacen del amor una vocación por los despreciados y olvidados.
Decidle, que en medio de egoísmos y odios, florece siempre un paraíso de gestos y entregas, caricias que sanan, palabras que salvan, miradas que levantan, cercanías que sosiegan, presencias calladas que escuchan, acogen y aman.
Decidle a Juan que el Reino de Dios, sigue aquí, entre nosotros, en el corazón de la vida, en la vida de la buena gente.

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